Resumen
Singularidades: una hebra de luz, una línea invisible…
Parado en una línea imaginaria que da vuelta alrededor del mundo, como un cordel dorado, como una hebra de luz, mi rostro se baña de brisa fresca como si ahora ya estuviese suspendido en una nube cercana al planeta del Principito.
Miro hacia abajo con total inocencia, porque mi deseo profundo es ver la línea y no la encuentro. Sin embargo, mi mirada se extravía extasiada por el revoloteo de miles de colibríes, que aletean 100 veces por segundo, en su viaje de flor en flor, hasta que se posan en un árbol al que se le ha escapado el corazón, agotado de vivir en su pulposa madera, ha emergido libre para así poder cantar, afinar su voz de aire y a la floresta entera amar.
Hay territorios privilegiados, en donde siguiendo esta hebra dorada e invisible, se puede conocerlo todo, la gracia, está en subir apenas 100 metros sobre esta línea y esperar que la tierra gire. Uno puede bajar en donde quiera, el pasaje no cuesta nada. Cuando se ha puesto una vez el pie en esta tierra y se puede volver, ya nunca más se pisará como antes porque este segmento del ecuador del mundo nos transporta y nos transforma.
Rómulo Moya Peralta