Descripción
No soy oriundo de la zona y debo realizar viajes prolongados cuando tengo noticias de la actividad del volcán, pero queda claro que no en todos estos viajes se logran ver las explosiones. Es un trabajo de paciencia extrema, realmente agotador y peligroso, casi no se duerme nada, por varios días, hay que estar atento para capturar el momento preciso. Hay ocasiones en las que subí caminando por las laderas del volcán en plena actividad, siempre el peligro está latente, en cualquier momento es posible que suceda sin advertencia la caída de un flujo de piroclastos, lahares, ceniza o caigan piedras incandescentes.
Robert Gibson Z.