Resumen
Gabriel Rivera entiende a la arquitectura como la experiencia del habitar, como la respuesta del arquitecto a las necesidades del usuario, a las condiciones del lugar, al entorno construido o natural. Arquitectura como experiencia y como reflejo del ser, búsqueda de regocijo, claridad y calma.
Arquitectura que es experiencia para los sentidos, que es materialidad e idea, que es la búsqueda del fluir de la vida, acto humano proyectual que tiene un propósito, una razón, que siempre nace de la reflexión sobre los modos de habitar, de ser, de sentir, de vivir, para encontrar su sentido motivador. Arquitectura que es la extensión de quien la habita y reflejo del arquitecto. Arquitectura que pretende devolvernos nuestra esencia, reencontrarnos con nuestra propia naturaleza.
La vida fluye y debemos fluir con ella, para Gabriel Rivera, esto se traduce en una dualidad arquitectónica, la quietud y el movimiento. Entender el vacío en torno al cual todo se construye y se organiza, vacío entendido como espacio, como posibilidad de introspección, y por otro lado el fluir, la libertad del movimiento, del ir y del permanecer.